Autorretrato

Normalmente siempre hago dos cosas a la vez –por lo menos-. Cosas de la hiperactividad. Así que ahora lo pongo en práctica con vosotros.
If me ha puesto deberes, bueno a mi, a metis y a otros.
Se trata de contar “las 7 cosas que nunca o casi nunca he contado a nadie”, así que como mi blog va de viajes y viajeros, lo hago aquí ante la No-Familia para que nos vayamos conociendo.

Las imágenes pertenecen a mi primer trabajo fotográfico mostrado al público, se titulaba ampulosamente “TODO ES MENTIRA”, (Madrid, Barcelona y otras poblaciones de Catalunya), ya hablaré mas de él en otra ocasión, solo decir que trataba sobre dobles personalidades, sobre “otras vidas” –en ese momento no sabía que pondría en práctica tantas-. También sobre el cine de serie B, el teatro, la incomunicación, la soledad, etc.

Confesión 1. A pesar de mi amistad con los animales y la naturaleza, de adolescente atrapé un ratoncito en una jaula. Al día lo rocié con alcohol y le pegué fuego. Lo vi rodar hasta que murió.

Confesión 2. Me fui de casa a los 20 años a vivir con una mujer mayor que yo, desde la primera noche vi que algo no funcionaba, aún así estuve con ella 14 años mas, –en total- 18 años juntos.

Confesión 3. A pesar de estar tremendamente enamorado, me hizo la mayor putada que me han hecho en mi vida. He tardado diez años en solucionar el problema principal –y un año de abogados-. Estaré pagando una deuda hasta que me jubile.
Llevo un pendiente, no es un adorno, es como cuando la gente se apunta algo en la mano o se cambia el reloj de sitio –yo nunca llevo reloj-, el pendiente es para recordar constantemente no caer en los mismos errores.

Confesión 4. La soledad es muy mala, y peor si es compartida. En esa época me aficioné a las películas porno, soy un experto. Mi actriz preferida Tracy Lords –un clásico-, su mejor película; una de recortes de tomas falsas y anécdotas de rodaje. Simplemente genial. Ah! No me intente contar historias! Una peli porno es una peli porno, hay que ir al grano, nada de tonterías.

Confesión 5. Mi casa está repleta de cajones y armarios. Guardo de todo. Así para abreviar, tengo un cajón de bolsas de plástico –que es botiquín; nunca lo utilizo, casi nunca tomo las pastillas que me recetan-. En otro guardo todas los tapones de botellas de vino que me bebo. En otro todos los recipientes de cristal; de mermelada, espárragos, etc. Con su tapa correspondiente. Hay un cajón de “mil cosas” el contenido es un museo portátil. Bueno hay muchos ya ven.

Confesión 6. A pesar de parecer el gran intrépido viajero, hasta los 25 años no crucé la frontera a Francia y en esa época también tomé mi primer avión hacia Madrid.

Confesión 7. Hace pocos años descuidé la guardia y volvía a ser “puteado” vilmente, otra mujer me dio un revolcón como el de un Miura, y lo peor, sin explicación alguna. Preparé durante días una venganza simbólica, guardé mis orines durante dos semanas; dos garrafas de cinco litros de agua mineral. Me fui al local donde trabaja. De noche y disfrazado, -ya ven que me gusta disfrazarme- y lo vertí todo en la entrada para que lo encontrara al día siguiente.
Soy de un barrio periférico algo me queda.

Ya! Solo 7? Que pena me estaba animando.
Aquí tengo que pasar el testigo a algún voluntario.
¿Quién se atreve? Marga cuando vuelvas? Monsieur Reagno? Pam? Rob?
Ustedes mismos les dejo la ultima palabra, cualquiera de la no-familia.
Confiesen es muy liberador!

Los fotos fueron tomadas con una cámara Hasselblad 500 entre el 88 y el 91. Amelche otro día hablo de la cámara de plástico, lo tengo pendiente, lo se.