¡Violencia en las aulas (qué miedo, ¿no?)!
Nuestro mundo, definitivamente, funciona a golpe de modas morbosas. La penúltima, ya sabéis, es la de la violencia escolar. ¡Cuánta carnaza baratita! ¡Alumnos violentos recorren las aulas sembrando a su paso el caos y la confusión! ¡Corre sangre de inocentes por los suelos repletos de basura que sus delicados infantes, sí, los de usted, tiran a las narices de los empleados de la limpieza! (Ese tema creo que aún no lo ha sacado nadie). ¡Mercadillo de filmaciones de móvil a las puertas de los centros! ¡Aumentan las depresiones y el miedo entre los docentes! ¡Guau, cómo mola! Aunque yo, personalmente, echo en falta algo de sexo gore, para darle un puntito de emoción guarra al asunto… ¿Es que ya no hay hombres de verdad entre nuestros jóvenes? ¿Es que el oficio de putilla está decayendo en las nuevas generaciones? ¡Señores, señoras, pónganse las pilas! ¡Queremos más, todos queremos más, y mucho más, y más, y más!
Al hilo de todo este merder, renace la palabrilla, nuestra vieja conocida: DIS-CI-PLI-NA. Y va uno y casi se pone firmes, y saluda con gesto marcial. Ahora va y resulta que los mismos que en su momento propugnaron el “todo vale” sin tener ni puñetera idea de qué hablaban, nos salen ahora con el militar que siempre llevaron dentro… Ganas dan de callar y mandar a todos a “pastar fang”, en sabia expresión catalana. Pero no, mira, hablaré un poquito, más que nada por aclararme yo también, que si no al final vamos a acabar todos definitivamente gilipollas.
En la escuela, como en todos los lugares, las relaciones humanas funcionan a golpe de algo tan sencillo como la buena o la mala educación, las buenas o las malas maneras… Si alguien manifiesta malas maneras, se le aísla o se le aplaude, según qué valores sean los vigentes en la sociedad en su conjunto. Si resulta que lo que más se valora en este mundo es el egotismo individualista, el descerebramiento consumidor de chopped industrial, la alegre exhibición de la ignorancia más despreocupada, y una “modernez” más antigua que los tirantes de Fraga, pues… ¡Esto es lo que hay! Algunos de los que trabajamos en esto de la enseñanza hemos intentado ,y seguimos haciéndolo, a pesar de todo, transmitir los valores en los que creíamos de jóvenes. Lo menos que nos han llamado y nos llaman es “comunistas trasnochados” o “rojillos resentidos”. Seguramente desde la misma ignorancia generalizada. ¡Toda una vida explicando y distinguiendo, para que acaben metiéndonos a todos en el mismo saco! Aquello de las asambleas libertarias, de la autogestión y de la colaboración solidaria quedó ya lejos, absorbido por algo tan realista como… la Play Station hiper-mega-fashion.
Así que, si he de decir la verdad, estoy harto de defender lo obvio. Quien no lo tenga claro, que siga inventándose chorradas. Contra los media no hay nada que hacer. Lo único que nos queda es nuestra voluntad, nuestra coherencia personal y nuestro trato diario. Los expertos y las autoridades se pueden ir tranquilamente “a fer la má”, en otra sabia y mesurada expresión vernácula. Los jóvenes actuales son los que son: hay imbéciles irrecuperables, a pesar de ser tan jóvenes, porque su imbecilidad tiene un amplio sustento social y familiar; y hay chicos estupendos que seguramente se lo pasarán mal en este mundo de locos, pero que son la última esperanza de que nuestra vida tenga algún futuro decente… Apuesto por ellos. A los demás, que les den un premio en Gran Hermano, o que vendan su vida en Salsa Rosa. ¡Se lo tienen bien merecido!
Al hilo de todo este merder, renace la palabrilla, nuestra vieja conocida: DIS-CI-PLI-NA. Y va uno y casi se pone firmes, y saluda con gesto marcial. Ahora va y resulta que los mismos que en su momento propugnaron el “todo vale” sin tener ni puñetera idea de qué hablaban, nos salen ahora con el militar que siempre llevaron dentro… Ganas dan de callar y mandar a todos a “pastar fang”, en sabia expresión catalana. Pero no, mira, hablaré un poquito, más que nada por aclararme yo también, que si no al final vamos a acabar todos definitivamente gilipollas.
En la escuela, como en todos los lugares, las relaciones humanas funcionan a golpe de algo tan sencillo como la buena o la mala educación, las buenas o las malas maneras… Si alguien manifiesta malas maneras, se le aísla o se le aplaude, según qué valores sean los vigentes en la sociedad en su conjunto. Si resulta que lo que más se valora en este mundo es el egotismo individualista, el descerebramiento consumidor de chopped industrial, la alegre exhibición de la ignorancia más despreocupada, y una “modernez” más antigua que los tirantes de Fraga, pues… ¡Esto es lo que hay! Algunos de los que trabajamos en esto de la enseñanza hemos intentado ,y seguimos haciéndolo, a pesar de todo, transmitir los valores en los que creíamos de jóvenes. Lo menos que nos han llamado y nos llaman es “comunistas trasnochados” o “rojillos resentidos”. Seguramente desde la misma ignorancia generalizada. ¡Toda una vida explicando y distinguiendo, para que acaben metiéndonos a todos en el mismo saco! Aquello de las asambleas libertarias, de la autogestión y de la colaboración solidaria quedó ya lejos, absorbido por algo tan realista como… la Play Station hiper-mega-fashion.
Así que, si he de decir la verdad, estoy harto de defender lo obvio. Quien no lo tenga claro, que siga inventándose chorradas. Contra los media no hay nada que hacer. Lo único que nos queda es nuestra voluntad, nuestra coherencia personal y nuestro trato diario. Los expertos y las autoridades se pueden ir tranquilamente “a fer la má”, en otra sabia y mesurada expresión vernácula. Los jóvenes actuales son los que son: hay imbéciles irrecuperables, a pesar de ser tan jóvenes, porque su imbecilidad tiene un amplio sustento social y familiar; y hay chicos estupendos que seguramente se lo pasarán mal en este mundo de locos, pero que son la última esperanza de que nuestra vida tenga algún futuro decente… Apuesto por ellos. A los demás, que les den un premio en Gran Hermano, o que vendan su vida en Salsa Rosa. ¡Se lo tienen bien merecido!
11 Comments:
Chapó, para cuando te nombrarán Educador Mayor del Reino? No sobra ni una miajita.
La costumbre del respeto a los demás en las normas básicas ha dejado de ser costumbre y la infantilización de la sociedad (en la que incluyo todo: instituciones sin sentido, padres desbordados e incompetentes, profesores desmotivados con tendencia al victimismo y medios en busca de carnaza facilona)nos lleva a estos lodos... No descargo de su culpa a los chavales pero lo que les rodea no es para estar muy centrados que digamos... Ellos son la espita del problema pero que me da a mí que no el germen del mismo.
En fin, yo apuesto por los mismos que tú...
Besossssssss, profe!!
Me has tocado un tema... Que vengo hora y media tarde por intentar "arreglar" una pelea entre chavales de 13 años que ha ocurrido en mi clase, con la psicóloga y la Jefa de estudios, con madre y abuela del chaval agresor llorando por los pasillos porque se pensaban que su hijo y nieto había poco menos que matado al otro (aunque, la verdad, si no los separamos igual sí hubiera llegado la sangre al río), con la abuela que me ha agarrado la mano y no me la soltaba, toda nerviosa, preguntándome al final de dónde soy, y, al enterarse de que vivo bastante lejos, me ha ofrecido su casa para lo que quiera "tú pregunta por Antoñita que allí en el pueblo todo el mundo me conoce" (nombre ficticio, por supuesto, no voy a contar dónde vive la mujer ni quién es), con mediación (palabra tan famosa últimamente, que según los políticos lo arregla todo) en la que se pregunta: "fulanito, ¿cómo crees que se siente Pepito cuando tú haces eso? ¿Y tú Pepito, cómo crees que se siente fulanito?", etc. etc. ¡Ufffff!
Menos mal que, al final, se han pedido perdón, se han dado la mano y tal.
Que violencia, haberla hayla, pero como la ha habido toda la vida. Y quien no se haya dedicado de niño a tirar piedras a otros niños que levante la mano, porque creo que hasta los más pacíficos como yo lo hemos hecho (mi hermano y yo jugábamos en el chalet del campo, cuando regaban y luego se quedaba el barro y el barro ya estaba seco a tirarnos trozos de barro reseco, sólo por ver cómo se deshacía en tierra cuando le pegaba a un árbol o a nosotros mismos). Y a mí, en mi primer día de instituto, me tiraron huevos y me llenaron la cabeza de espuma de afeitar, porque los nuevos éramos "pollos" y había que putearnos al entrar al instituto. Y nadie salió a decir que eso fuese "violencia escolar" y hace ya 19 años de esto. O sea, que violencia escolar ha habido toda la vida, hay y habrá, mientras el mundo sea mundo. Otra cosa es ya qué medidas tomar ante esa situación.
Mi primer día de instituto, me refería, como alumna. (Aclaro para que nadie se piense que soy profesora acosada... aunque hoy, al meterme por en medio de la pelea pensé que me iban a dar hasta en el carnet de identidad. Menos mal que al final no.)
pero si asi son en el cole, como seran en la universidad o en sus centro de labores... maravillos futuro tenemos!!! puaj!
marga me ha pisado la entrada, me iba a sacar el sombrero, aunque hoy llevo.
Y como bien recalcas cualquiera cosa que podamos decir de tu texto y de tu manera de pensar es “lo obvio”.
Yo nunca quise ejercer de profesor porque me creía mal preparado, pero ahora veo que además tendría que haber tomado clases de artes marciales, armas automáticas, explosivos plásticos, psicología, dinámica de grupos, paciencia y autoestima, entre muchas otras cosas.
La problemática la adiviné hace ya mucho, cuando me di cuenta que mis sobrinos no sabían distinguir entre el tono y la manera de hablar con su abuelo y con sus compañeros de colegio. Mis sobrinos son hijos de “progres” de nuestra generación, su madre es profesora de alumnos con problemas y su padre licenciado, los niños fueron alumnos de guardería “escoles bresol” y del colegio modelo donde da clase su madre. ¿Qué pasó?
¿No serías tu el profesor que envió esa famosa carta a los políticos, que salió en primerita plana antes de las selecciones catalanas?
Evidentemente, Marga, los chavales son la punta del iceberg... Y todo lo que cuenta Amelche es absolutamente cierto. Yo la verdad es que no me creo nada el asunto este de las mediaciones... Me suena a palabrería y a buenas intenciones... A lo mejor es que yo tengo demasiada mala leche para entenderlo... besos siempre, para compensar...
Amelche, Amelche, qué te voy a contar que tú no sepas... Yo tengo una guerra particular declarada contra los alumnos profesionales de la imbecilidad, la chulería, la prepotencia y el matonismo... La pena es que sus presuntos compañeros (ellos en realidad no son compañeros de nadie) no pueden decir abiertamente de qué lado están, y es más cómodo reírles las gracias... Y de las familias de los imbéciles, mejor no hablemos. Los padres de uno de los peores de todos ellos de nuestro centro son ex-hippies anti-sistema. Por supuesto, toda la culpa de lo que le pasa a su hijo es de quien qieras, menos suya, claro... De todas formas, veo que tú te lo tomas con buen ánimo... Abrazo solidario...
Yonojui, intentamos que eso cambie... Pero también les compete a ustedes, los que están "fuera" del sistema escolar...
Xnem, en realidad todas esas clases extras sobran... Basta con ser uno mismo. A fin de cuentas, la escuela es (y ha de ser) como el mundo... A mí, la verdad, tanta "pedagogía" me toca bastante las narices. Me parece más falsa que las "buenas intenciones" de los políticos del ramo...¡que ya es decir! Es fundamental eso que dices: hay que saber a quién se dirige uno, cómo debe hablar, qué se espera de él... para luego cargárselo y hacer lo que a uno le dé la gana... ¡Pero primero tienes que saber contra qué te estás rebelando! No podemos afirmar que los modales corteses son caducos y hay que eliminarlos...¡si no tenemos ni idea de lo que son! En fin... Salut i força!
Llevo toda la tarde pensando en el cursillo (yo sí tengo que hacer cursillos para conseguir puntos para las oposiciones y, aún así, luego llegan interinos con 20 años de trabajo y me pasan por delante con menos nota que yo en los exámenes de oposición) que tú fíjate: la jefa de estudios ya había estado hablando como hora y media con el alumno agresor antes del follón que ha pasado en mi clase porque ya había habido otro incidente en una clase anterior. Llega a mi clase, empieza a pasearse de su sitio a la papelera, lo ignoro un par de veces porque sé que tiene un problema psiquiátrico y, de vez en cuando, tiene que moverse un poco y no lo puede evitar. Al final ya, me canso de que me interrumpa y le digo que se siente. Sigue armándola y ahí ya, mando a una alumna a por el profesor de guardia para que se lo lleve y, mientras hablo con ella en la puerta de la clase para darle instrucciones, me giro y ya, visto y no visto, había agarrado al otro y le estaba pegando. En menos de 30 segundos todo.
Después, una hora entera hablando el chaval agresor con un profesor, otra hora con el otro chaval, la jefa de estudios, la psicóloga y yo para mediar, luego viene la madre y me lo saco para que hable tranquila la madre con la jefa de estudios y la psicóloga, media hora más. ¿Cuántas horas van ya? Por lo menos cuatro horas hablando varias personas con el agresor para que se calmaran los ánimos. Y eso, con UN alumno. Tenemos 200 o más cada profesor, no podemos estar así todos los días, porque nos harían falta ¿800 horas al día? (multiplicado por 4 el núm. de alumnos). Afortunadamente, no todos necesitan tantas horas, pero es un desgaste. Y, o haces eso, o das clase, o pierdes horas de tu tiempo libre para solucionar todo eso.
Y, a todo esto, menos mal que la madre se implica y ha venido al instituto corriendo en cuanto la hemos llamado y no ha puesto ninguna pega a que lo expulsemos, todo lo contrario. Imagínate cuando, encima, los padres no están de acuerdo o pasan olímpicamente, como suele suceder... Más horas hablando con los padres...
Coincido con todos, cada uno con su punto de vista roza la razon.
Me abrazo con Amelche y Cronopio.
Todos saben que desde este año soy ayudante en la Facultad de Diseño y Urbanismo.
Es otra mirada la mia (quizas), no trato con adolescentes, pero se que es a ver quien puede mas.(demostracion de poder absurdo)
Los educadores sin ganas, sin estimulo toman su laburo (trabajo) como una cosa mas.
Y no es algo mas, es fundamental enseñar a pensar, a mirar las cosas desde mas de un punto de vista, a correrse del eje.
Respuestas comunes en los docentes "busquen en internet" "la nota la doy por MSN"
"lean desde el Cap. 2 al Cap. 110 hay teorico la proxima"
Y que decir de los padres, que usan el colegio como deposito para sus hijos.
Y que decir del mundo barato que nos rodea, Operacion Triunfo y demas yerbasmalas.
Todo reciclable, una sociedad donde los roles estan modificados.
La victima es el victimario, nadie da respuesta de sus actos aunque empañe a otro.
Carpe Diem
Lo decia un tango de Discepolo "La Biblia y el calefon"
Pero los chicos no salen de un huevo.
Ellos no son imbéciles. Los imbeciles somos los adultos.
Si ellos están violentos, es porque eso les hemos enseñado con nuestro ejemplo, con nuestra futilidad, con la enorme inmadurez de nuestra generación.
Los que somos padres, estamos más fallidos que los que nos procrearon, porque no llegamos a adultos.
Si no pudimos hacernos cargos de nuestras cosas, qué podemos reclamarle a los chicos?
NO dudo que hay gente pensante y bien intencioada, pero son islas en medio de un mar de estupidez consumista.
Entonces? Por donde debe comenzar la crítica?
Saludos
Umma: Tienes razón. (Y no tengo tiempo para más, que me voy a trabajar.)
Bonito día el tuyo Amelche, sí... Y mucha paciencia. Yo debo reconocer que no tengo tanta...
Malena, ojalá fuera Carpe Diem... Aquí no disfruta ni dios (sólo lo hacen los curas, me temo...). Sufrimos todos, pero sufrimos a gritos, a empujones y con cara de felicidad alimentada en el Mc'Donald's de guardia... Abrazote constante...
Umma, estoy parcialmente de acuerdo. Una salvedad: la parte de mi generación de la que me responsabilizo no es futil, ni inmadura (sólo lo necesario para seguir vivos) y jamás hemos enseñado con nuestro ejemplo las barbaridades del moderno capitalismo de consumo... Que cada cual pague por su culpa social... Eso incluye a los adolescentes: tontos no son. Tienen buenos modelos hacia donde mirar. ¡Estamos nosotros, que somos estupendos! Además, tenemos que mantener alta la autoestima, ¿no te parece?
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